En septiembre de 2018, el bar Delpepe cumplirá tres años, tiempo suficiente para que se haya hecho un hueco en la zona “tapera” que rodea a la plaza San Francisco. Unas de las responsables son sus quince modalidades de croquetas caseras —elaboradas por el propio Pepe— y fritas al momento.
Además de las imprescindibles croquetas de jamón, propuestas como las de rabo de toro, las de carrilleras ibéricas al vino tinto o las de langostinos con ajetes se encuentran entre las más populares. Otras tapas muy solicitadas son las albóndigas de bacalao con piquillos o de ciervo con salsa de setas, también de elaboración propia.
Pepe va adaptándose a la temporada e introduciendo nuevos productos, como puede verse en las pizarras y en la barra. Así, recién llegada la primavera, las patatas y cebollas asadas, que tanto se agradecen en invierno, darán paso a otras tapas más refrescantes, como la ensaladilla rusa. Caracoles, pulpo, huevos rotos, carnes a la brasa y unos torreznos fabulosos —disponibles todo el año— son otras opciones que se pueden disfrutar, regadas por cerveza local o vinos de las cuatro denominaciones aragonesas (y de otras nacionales).